Crónica de Víctor Calvo
Seminario de Guro Dan Inosanto en Alaquàs (Valencia)
1 de Diciembre de 2013
Título: To Víctor, God bless. Dan Inosanto.
Una experiencia, un hombre, un pasado, presente y futuro, un legado, una leyenda, unos conocimientos, unas pocas horas, y toda una vida para recordar.
Guro Dan Inosanto, alumno y amigo de Bruce Lee. Fue el primer instructor de Jeet Kune Do nombrado por el propio Bruce. Actualmente es el máximo heredero legal del Jeet Kune Do. Salió con Bruce Lee en la película “Juego con la muerte” luchando contra él con los nunchakus que el propio Inosanto descubrió a Bruce. Cuando Bruce Lee falleció, Dan Inosanto se encargó de dirigir las escuelas de Bruce, y de enseñar Jeet Kune Do a Brandon y Shannon Lee (hijos de Bruce Lee).
Desde muy niño veía películas de Bruce Lee con mi padre, y me emocionaba, yo quería ser como Bruce, y nunca pensé en poder acercarme a él o su legado.
Pero…llegó el momento de estar ante el legado del mito de las artes marciales, Bruce Lee.
¿Cómo puede reaccionar una persona que se ha reflejado en Bruce Lee desde muy niño, que gracias a él practica Kung-fu y que un día se encuentra ante su legado? ¿Cómo?
Desde meses atrás, fui contando los días que faltaban para el gran momento de su seminario, imaginaba cómo sería, cuál sería mi reacción al tenerle delante de mí. Imaginé muchas veces ese momento y de distintas maneras, pero ninguna fue real.
El día antes del seminario contaba las horas que faltaban para poder aprender de la leyenda, Dan Inosanto.
Llegó el momento de ir a dormir, a pesar del cansancio no conseguí nada más que dormir unas pocas horas despertándome entre la noche e imaginando una, otra y otra vez como sería tenerle delante, qué enseñará… y un nudo en el estómago del nervios previos.
El despertador sonó y literalmente salté de la cama, como si de un niño muy pequeño al que van a llevar a un parque de atracciones se tratase, y con una sonrisa de oreja a oreja. No existía el cansancio, ni el sueño, solo la ilusión, la motivación y la emoción.
A las 10:00 a.m. comenzaba el seminario y a las 9:30 a.m. llegué al pabellón donde se impartía el seminario.
Entre al pabellón y ya había gente, pero era como si en mi visión estuviese todo vacio… solo buscaba con la mirada a Inosanto… mi corazón se aceleraba a cada paso que daba, busqué… pero busqué sin éxito, no estaba, aun no había llegado.
Por tanto decidí ir a cambiarme, volví y entre de nuevo a la pista, me senté y coloqué mis cosas cerca.
De pronto alguien entró a la pista, una persona de estatura bajita, con 3 mochilas enormes repletas de armas, muy pesada pero que las llevaba encima como si de bolsas de plástico se tratasen… era él, Dan Inosanto.
Caminaba hacia donde yo estaba, a cada paso que él daba yo iba perdiendo el aliento y las pulsaciones. Cuando mi cerebro reaccionó de que era él, Inosanto, me levanté de la silla a una velocidad que yo no sabía que podía moverme. Me quedé con la boca abierta, los ojos como platos y embobado.
Él siguió caminando y yo sentía que no tenía aliento, no tenía respiración ni pulsaciones. Se detuvo a tan solo 3 metros de mí y cuando se detuvo recuperé la respiración, el aliento y las pulsaciones que iban a un ritmo vertiginoso. El legado del mito Bruce Lee, la leyenda Dan Inosanto estaba a solo 3 metros de mí.
Un hombre bajito que parecía una persona normal, un hombre de 77 años, cuando le vi moverse lo hacía como si tuviese tan solo 50 años, era algo fuera de lo corriente.
Justo antes de comenzar el seminario le dije a un compañero que si me podía hacer una foto con Inosanto creyendo que Inosanto me diría que no. Me acerqué a él y antes de que yo le saludase y le pudiera dirigir una palabra, él me saludo marcialmente. Yo de le dije que estaba encantado de conocerle, que soñaba con ese momento desde hacía muchísimos años y que era un honor para mí.
Seguidamente me contestó que el honor era suyo, me preguntó si practicaba algo y le dije Kung-fu. Me dijo que era algo muy interesante, que le traiga grandes recuerdos.
Creo que se quedó esperando a que yo le preguntase algo sobre Bruce Lee, pero no lo hice, no quise ya que estará muy cansado de que le pregunten sobre Bruce.
Le pregunté si me hacía el honor de hacerse una foto conmigo… y creyendo que no querría, me dijo… “por supuesto amigo mío, tu nombre es…” Le contesté, me agarró y se hizo 2 fotos conmigo. Cuando me fui a despedir nos saludamos marcialmente, me dio la mano y… UN ABRAZO! La emoción en ese momento fue máxima y el momento más feliz de mi vida marcial.
Después del abrazo me dijo… “Eres joven prosigue tu camino, no te desvíes y serás grande”
Le di las gracias y el a mí, me fui y a los 5 minutos comenzó el seminario.
Esas 4 horas fueron las más cortas de mi vida sin duda. Nos enseñó Jeet Kune Do y Kali filipino.
Verle hacer los movimientos era algo impresionante, la facilidad con lo que los hacía.
Al acabar, le pedí un último favor, que me dedicase el diploma y la camiseta del seminario, y el libro “El Tao del Jeet Kune Do”
Lo hizo sin problema y encantado, y al acabar me dijo… “suerte en tu camino”
Alucinando me marché de allí con varios tesoros, el diploma, la camiseta y el tao del jeet kune do dedicados a mí y firmados por él.
Con una dedicatoria que decía: “To Víctor, God bless. Dan Inosanto.”
Pero el tesoro más valioso que me llevo aparte de la experiencia, es sin duda… todos los grandes conocimientos que me llevé de él.
Una experiencia única.
Autor: Víctor Calvo Martínez
GRACIAS GURO!
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